Como todos los años, el mes de Septiembre es un mes intenso de trabajo. Muchas familias vuelven del periodo vacacional, donde muchas de ellas cambian residencia los meses de verano, huyendo de las altas temperaturas. Los que no tienen segunda residencia, buscan salir unos días y compartirlos con la familia, para romper la dura rutina que implica cuidar de una persona afectada por la enfermedad de Alzheimer. Esta vuelta tiene un contrapunto. A pesar de las buenas intenciones por parte de la familia, para buscar tiempo de ocio y dispersión, en muchas ocasiones se encuentran con la presencia de un estado de desorientación, tras la vuelta del viaje, donde la persona afectada se encuentra confundida, inestable y con cambios de humor. Ante estos cambios, desde nuestra Asociación, trabajamos junto a la familia para hacerles más llevadera la vuelta, ya sea trabajando en el domicilio, o en nuestros talleres de estimulación, en los cuales el grupo vuelve a conformarse por los mismos...