Distraer, calmar y cambiar de tema, fundamental en el Alzheimer

Distraer, calmar y cambiar de tema, fundamental en el Alzheimer

Cómo reaccionar ante la agnosia, la incapacidad de reconocer a las personas; cómo evitar disgustos en las difíciles noches y que la escritura de la casa se convierta en confeti.

CONSEJOS Y TRUCOS
Ana Romaz 


Continuando con los consejos a la hora de resolver algunas situaciones difíciles con nuestro familiar con Alzheimer hay un par de puntos que, por su gravedad, merecen un amplio comentario.

- Posiblemente como resultado de la necesidad de seguridad que tienen los enfermos de Alzheimer es muy frecuente que se den episodios de obsesión con bienes o dinero. Puede ser que nos registren el bolso, o que nos cojan pequeños objetos o joyas, incuso que escondan lo que para ellos son cosas valiosas.

Si la persona a la que cuida empieza a registrar cajones siempre puede  recurrir a una caja con pequeños objetos variados con los que entretenerle. Acostúmbrese a comprobar lo que se tira a la basura o las papeleras, podría llevarse una desagradable sorpresa.

Tenga en cuenta también que los escondites que puede utilizar el enfermo pueden sorprenderle por lo creativos: el congelador, la funda de una almohada, debajo de un cojín del sofá… Finalmente y para evitar problemas mayores utilice un espacio que sólo conozca usted para guardar aquellas cosas importantes que sean
irremplazables. Recuerdo la experiencia de unos amigos a los que la madre enferma deAlzheimer convirtió las escrituras de su casa en confetti… mejor prevenir que lamentar.

- En fases avanzadas de la E.A. puede ocurrir que el enfermo no sea capaz de reconocer a personas cercanas o esté convencido de que su casa no es su casa. Este fenómeno conocido como “agnosia” se debe al deterioro sufrido por el cerebro que le impide procesar correctamente la información. No es tanto una cuestión de memoria perdida si no más bien la imposibilidad de reconocer los rasgos o la información necesaria para saber quien es quien.

Lo primordial para saber reaccionar ante estas circunstancias es, de nuevo, no perder la calma y relativizar lo que ocurre. Y, una vez mas, distraer al paciente para tratar de calmarle y cambiar de tema.

- Y por último uno de los asuntos mas espinosos cuando cuidamos a un enfermo deAlzheimer: las noches y el sueño. Es frecuente que el paciente pase y haga pasar noches difíciles. La edad y la menor necesidad de horas de sueño de los ancianos son un factor importante, otro lo es el hecho de la mínima actividad física – no hay cansancio, por lo tanto no hay necesidad de descansar-, las “cabezadas” a lo largo del día, o los sueños interrumpidos por terrores nocturnos, son factores que explican la dificultad de conseguir noches de sueño reparador.

Para evitar posibles complicaciones en el caso de que se despierte y trate de abandonar la casa es muy útil poner seguros en puertas y ventanas. A veces puede ocurrir que el enfermo se despierte y se ponga a comer lo primero que encuentra, podemos evitarlo con un cierre en la despensa y el frigorífico.

Con el objetivo de que se encuentre algo cansado y necesite dormir será positivo organizarle actividades físicas tranquilas: un paseo, pedalear sentado, una gimnasia muy suave… Si el problema lo constituyen los intervalos de sueño diurno lo mejor será buscar actividades que le mantengan entretenido: pasar botones por un cordón, colocar hilos por colores, ordenar botones por tamaño,…

Un baño caliente antes de ir a la cama puede ser un agradable ritual que aúne higiene y relax y le ayude a dormir mejor. Un animal de peluche también puede ser útil, el tacto suave y cálido puede brindar al enfermo seguridad y tranquilidad a la hora de conciliar el sueño.

Escuchar una música relajante o que le lean en voz alta pueden ser un buen acompañamiento a la hora de dormir. Si, eventualmente, se levantara por la noche y se pusiera a deambular acérquese a él con tranquilidad, de frente, háblele despacio recordándole que es de noche y todo el mundo duerme y acompáñelo con suave firmeza a la cama.

Y no deje nunca a la vista su ropa, así evitará que si se despierta y la ve crea que ya es de día y trate de vestirse. Los somníferos son el último recurso y deben administrarse siempre bajo control médico.